-Los amo, esto es lo más grande…
Quiso decir algo más. Pero las palabras se ahogaron en un llanto. Dio media vuelta y marchó al encuentro de sus músicos, mientras el Gran Rex la aplaudía de pie.
Dalilavivió en plena avenida Corrientes de Buenos Aires una noche de emociones. Porque su público agotó las entradas 15 días antes y la ovacionó aún antes de que se corriera el telón por primera vez. Porque con lágrimas le agradeció a Dios por permitir que su hijo Pablo siga junto a ella, luego de superar
una peligrosa enfermedad. Porque cada éxito fue recibido con fervor y devoción y cada tema nuevo, con entusiasmo.
una peligrosa enfermedad. Porque cada éxito fue recibido con fervor y devoción y cada tema nuevo, con entusiasmo.